Como ya vimos, mientras la mujer está embarazada rara es la vez que sufra otro embarazada, lo que se denomina superfetación; pero durante la menopausia tampoco es habitual tener hijos de manera natural; nuestro organismo nos lo impide.
La menopausia tiene lugar entre los 45 y 55 años, que va descendiendo progresivamente hasta la perimenopausia, periodo de transición caracterizado por un descenso en las hormonas sexuales femeninas, estrógenos y progesterona, afectando a la calidad y cantidad de los ovarios. Aún así genera los óvulos necesarios para dejar a la mujer embarazada.
Además de esto, la ciencia avanza y cada vez son más los tratamientos que permiten tener hijos a cualquier edad (enlace embarazo a cualquier edad) pese a la menopausia. Y es que aunque la mujer ya no produce suficientes óvulos su útero no envejece por lo que puede albergar embriones y llevar un embarazo a buen término.
Este embarazo menopáusico en cambio puede generar diversos riesgos motivados por la avanzada edad de la madre que afectan según su estado de salud y genético. Entre estos riesgos se encuentran:
- Aborto durante el primer trimestre de la gestación.
- Alteraciones cromosómicas en el feto. Entre ellas síndrome de Down (trisomía 21), síndrome de Patau (trisomía 13), síndrome de Edwards (trisomia 18) o síndrome de Turner (monosomía X).
- Aumento de posibilidades de tener placenta previa o baja.
- Hipertensión arterial.
- Diabetes gestacional.
- Partos múltiples debido a la fecundación in vitro.
- Bebés prematuros.
No obstante, y pese a todo, tener un hijo puede ser una experiencia maravillosa. La clave es hacerlo con cuidado y consultando a tu ginecólogo con frecuencia para que tu embarazo pase de ser un riesgo a una oportunidad única.
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